Vista normal Vista MARC

Zona Arqueológica Palenque (Chiapas, México) (Nombre geográfico)

Forma preferida: Zona Arqueológica Palenque (Chiapas, México)
Usado por/ver desde:
  • Palenque Archaeological Zone (Campeche, México)
  • Zona Arqueologica Palenque (Chiapas, Mexico)
  • Zona Arqueológica de Palenque (Chiapas, México)

Instituto Nacional de Antropología e Historia (México), 27 marzo 2019: Zona Arqueológica Palenque (Chiapas, México)

La zona arqueológica toma su nombre de la comunidad vecina fundada a finales del siglo XVI: Santo Domingo de Palenque. La última acepción, también de origen español, significa "Estacada" o "Empalizada", que es una valla de madera que rodea un sitio para protegerlo. Es posible que los indígenas conservaran en la memoria la existencia de obras defensivas en la abandonada ciudad prehispánica. Por otra parte que el topónimo provenga de la lengua chol, refiriéndose al arroyo Otulum que significa "casas fortificadas" que atraviesa la zona arqueológica. También se han empleado otros nombres para referirse al antiguo asentamiento: Na Chán "ciudad de las serpientes", Ghochan "cabeza o capital de las culebras", Nacan, Ototiun "casa de piedra" y Chocan "serpiente esculpida", entre otros. Los habitantes locales le conocen con el nombre del riachuelo Otolum, cuyo significado alterno es "lugar de las piedras caídas". Xhembobel-Moyos, nombre de un pueblo inmediato, fue en una época también usado para designar las ruinas. Palenque fue junto con Tikal y Calakmul una de las ciudades más poderosas del Clásico Maya, sede de una de las dinastías más notables a la que pertenece Pakal, cuya tumba fue descubierta en 1952 por el arqueólogo Alberto Ruz L'Huillier. Como todas las ciudades mayas del Clásico Palenque se relacionó con otras a través de redes comerciales de intercambio o alianzas entre grupos de gobernantes. El territorio se organizaba a partir de la existencia de ciudades estado, cuyos centros han sido identificados por la presencia del llamado glifo emblema, pero la base de esta organización: intercambio, alianzas y por supuesto la guerra, supone una movilidad constante de la misma. Pero las inscripciones jeroglíficas no sólo ofrecen la identificación del sitio, también dan cuenta de las alianzas matrimoniales y políticas y las situaciones bélicas entre ciudades.

Con tecnología Koha