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Los organismos multilaterales, las empresas transnacionales y los gobiernos de los países centrales han pregonado que la mundialización significa la extinción de las fronteras; que se construye un mundo interdependiente estrechamente relacionado, donde las mercancías, los f lujos financieros, la tecnología y la cultura tienden a diseminarse por todo el mundo, para que éste llegue a ser una aldea global. Más allá de esta idílica visión, la realidad es que, a pesar de las mutaciones que ha sufrido el Estado-nación, las fronteras nacionales y regionales están presentes en todas partes, con mayor o menor rigidez. La pregunta que intenta responder este artículo es: ¿por qué los espacios de frontera han adquirido centralidad en los actuales procesos de mundialización?. Para ilustrar esta problemática se analiza el caso de la frontera sur de México, que pasó del olvido a tener una enorme importancia geopolítica y geoeconómica en el marco de la política hegemónica de Estados Unidos. En la primera parte se hace una reflexión acerca del significado de las fronteras en el marco de la mundialización neoliberal y la segunda se centra en un análisis sobre la frontera sur de México, con atención en su importancia geopolítica a partir de la relación y el nexo con Centroamérica, así como de las políticas aplicadas en los últimos años, sobre todo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Español

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