Limnología sanitaria, estudio de la polución de aguas continentales / Samuel Murgel Branco

Bibliografía: páginas 107-114

La presencia del Hombre en la naturaleza - en particular el Hombre civilizado - causa en los ecosistemas alteraciones significativas, las cuales se han convenido en llamar "Efectos Ambientales" . Esa influencia en el ambiente se debe a tres características fundamentales: Hábitos Gregatorios, actividad depredadora y capacidad de raciocinio. La última es exclusiva del ser Humano. Hábitos Gregatorios: El hombre, desde su más remota antigüedad, posee hábitos gregatorios, como lo revela haber vivido inicialmente en grupos u hordas y, luego, en sociedades o grupos organizados que obedecían a una ley común. Por ser un animal físicamente indefenso, la constitución de grupos ha constituido, desde el inicio, la principal forma de defensa contra depredadores, así como de ataque frente a los grandes animales. Hábitos Depredadores: El Hombre es uno de los raros ejemplos de animal no especializado en sus hábitos alimentarios: es Omnívoro. Además de alimentarse de carne, huevos, pescado y vegetales utiliza gran variedad de productos naturales como materia prima en la construcción, la manufactura, los procesos industriales y la obtención de energía. Capacidad de Raciocinio: Gracias a su capacidad de generalizar el resultado de su experiencia individual y, aun para adquirir conocimiento merced a la abstracción, dependiente de la experiencia Física, el Hombre puede tener experiencias propias, sin restringir su comportamiento a un patrón genético uniforme y característico en la especie, como acontece con los otros animales. Esto le permite diversificar su actividad en grado incorporablemente mayor que el observado en cualquier ser viviente, así como adaptarse a cualquier ambiente y utilizar prácticamente todos los recursos naturales. Esa diversificación de actividades y de uso de los bienes naturales causa, obviamente, un profundo impacto sobre las características originales de a Biosfera. spa